martes, 3 de junio de 2014

IGLESIA LA CATEDRAL

En tiempos pasados, este lugar estuvo ocupado por la Capilla de San Francisco de Asís, destruida después de la profanación y saqueo que sufrió la ciudad durante los incidentes del 24 de diciembre de 1822.
Los Franciscanos salieron de Pasto cuando la supresión de los conventos menores ordenada por el Congreso de 1839 y nunca regresaron, la Iglesia de San Francisco se deterioró desde entonces y poco antes de terminar el siglo XIX fue derruida; en su lugar se levantó suntuoso templo que se inicio el 25 de octubre de 1899 con la bendición de la primera piedra por el Obispo de Pasto San Ezequiel Moreno Díaz y el 1 de enero de 1920 fue consagrada e inaugurada como la catedral de Pasto por Monseñor Antonio María Pueyo de Val. El Templo del Sagrado Corazón de Jesús o de San Francisco, fue erigida sede episcopal de Pasto el 5 de agosto de 1920; no se la llamó nunca por su verdadero nombre, se la dijo la Catedral Nueva y los pastusos de la vieja guardia por el culto al viejo pasado, la llamaron siempre de San Francisco.

 La Catedral fue levantada siguiendo los parámetros arquitectónicos clásicos: por el exterior dórico, para indicar su solidez y por el interior corintio, para comunicar su hermosura. El templo consta de cuatro amplias naves y de una fachada principal de especial simetría y elegante estructura. Por ello, quien por primera vez entra a visitar a Jesús Sacramentado tiene la impresión de estar bajo las bóvedas de una grandiosa basílica romana.

En el fondo del retablo mayor se destaca su Ara o Altar formado de una sola piedra, con una longitud de tres metros con treinta y tres centímetros por sesenta centímetros de ancho, labrada por el cantero pastuso Luis Pazmiño. Los retablos fusionados a los altares son de gran valor artístico, en ellos se veneran preciosas imágenes. Sobre su parte derecha se encuentra la capilla de Jesús Sacramentado y la imagen de la Inmaculada Concepción. El altar de la capilla de Jesús Sacramentado y los muebles que se hallan a ambos lados, para asiento de los señores canónigos de la Catedral, son obras del renombrado arquitecto y ebanista pastuso Lucindo Espinoza. El grandioso retablo que cubre todo el ábside del presbiterio está formado por ocho columnas, rematadas por un amplio tímpano sobre el cual descansa un sol sostenido por un ángel.
 
Es una obra de exquisito gusto, tallada en madera de cedro, dorado totalmente y, en sus mínimos detalles, ajustada rigurosamente al orden corintio. En el centro de este retablo, en su nicho principal, se venera la imagen del Sagrado Corazón de Jesús elaborada en magnífica talla. Entre los intercolumnios se encuentran las imágenes del Inmaculado Corazón de María y de San Juan Bautista. En lo más alto del ábside, entre nubes de ángeles, está la imagen del Padre Eterno, donada por el Señor Olegario Medina, ex gobernador de Nariño.



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